LA IMPORTANCIA DE LA PORTADA

Algunas de las portadas más icónicas de Marvel Cómics.

Por todos es conocida la famosa cita: "Una imagen vale más que mil palabras".  Muchos habréis oído constantemente que lo importante de una obra es el contenido -lo cual es completamente cierto- pero vamos a ser claros: Nadie, absolutamente nadie, compra un cómic o un libro si la portada no le llama la atención. Es el punto clave, y el éxito o el fracaso de ventas de esa obra puede depender enteramente de lo atractiva que sea la portada que presentemos.

De qué nos sirve hacer el mejor cómic o la mejor historia jamás contada si nadie va a tener el "impulso" de coger ese libro, abrirlo y ojearlo. Ese primer paso imprescindible y fundamental, decidir escoger "ese cómic" y no las decenas que están a su alrededor.

Es por ello, que podríamos denominar como la función de una portada el "vender el contenido de esa obra de un solo vistazo". La portada es el gancho o el cebo que hace lo más difícil en la relación "obra - lector", y es que el potencial comprador acabe con esa obra en sus manos. Posteriormente, éste podrá asimilar más información de la obra: leer la sinopsis, ojear el interior, oler sus páginas -esto es un fetiche personal-, revisar los autores, ver su precio... y finalmente, con todos esos datos, decidir si quiere comprarlo o no. Pero todo ello habría sido prácticamente imposible sin haber sido seducidos por la portada en primer lugar.


CONTAR EL CONTENIDO SIN CONTAR LA HISTORIA

 

Portada completa del X-Men Nº1, dibujada por Jim Lee. Este primer número acabaría siendo el cómic más vendido de la historia.

La portada ha de servir a modo de trailer de lo que te ofrece el cómic en su interior. Para ello, podríamos definir los siguientes objetivos fundamentales de una portada de cómic:

    · Mostrar una ilustración lo suficientemente jugosa estéticamente para captar tu atención; y darte la información imprescindible para que tengas una idea de lo que te ofrece esa obra. Por lo general -depende mucho del género y temática- se suele mostrar al personaje protagonista, y su temática -ciencia ficción, terror, humor, aventuras- debe quedar evidente.

    · Ofrecer información relevante acerca de la obra, autores que la realizan, número del volumen, editorial, y sobre todo, el título, el cual es tan importante como la imagen. El título debe ir en consonancia con la ilustración de la portada, con una tipografía que se lea claramente y que guarde cierta relación estética con el género que trate. 

 

NARRACIÓN NO SECUENCIAL

Un buen dibujante de cómic no tiene por qué ser un buen portadista y viceversa. Mientras que el dibujante de cómic debe usar las viñetas para narrar secuencialmente, haciendo uso de unas herramientas y unos recursos dibujísticos y compositivos concretos, el portadista ha de narrar un momento en una sola escena congelada, por lo que sus recursos narrativos son muchísimo más limitados, y por ello, debe tratar de sacar todo el jugo posible al apartado visual del dibujo.

Esto queda totalmente patente en el cómic de super héroes, donde la espectacularidad visual suele ser la tónica general de sus portadas. Dibujantes como Alex Ross o Jim Lee, son verdaderos referentes en ese aspecto.

Muy diferentes suelen ser las portadas de los cómics europeos, donde la artesanía y la belleza de las portadas acaban eclipsando -en ocasiones- a la información que las mismas deben transmitirnos a los lectores, otorgándoles una sobriedad, elegancia y belleza que hacen que estés contemplando una obra de arte. Moebius, Hergé, o nuestros paisanos Juanjo Guarnido o Paco Roca demuestran a cada obra que son jugadores de otra liga.

 

Portadas de cómic europeo. Verdaderas obras de arte.

Así que recuerda, amigo lector, que la próxima vez que agarres un cómic esa portada ha sido meticulosamente estudiada y elegida para que tú lo tuvieses en tus manos en ese preciso momento. Tómate unos segundos para observarla y admirarla, seguramente merecerá la pena.

Saludos, y leed cómics. 

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