LA IDEA. El primer paso para crear tu obra

 

"Sin duda hay que perderse para hallar destinos inalcanzables. De lo contrario todo el mundo sabría donde están" - Capitán Barbosa (Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo).

Pocas cosas son tan ambiguas y complejas de analizar como las ideas. Es el primer paso, el principio de todo; la primera piedra de esa construcción que acabará siendo nuestro cómic, novela o serie de televisión. No existe obra de ficción que no necesitase de ese primer soplido de inspiración que acabase ocasionando un huracán al otro lado del mundo -si se me permite la analogía con el "efecto mariposa"-. De la idea pasaremos al argumento, de éste al guión y al storyboard; y posteriormente ya estaremos listos para desarrollar nuestra obra en el soporte que queramos.

Siendo entonces la idea algo capital para la creación de nuestra obra, ¿cómo podemos saber de dónde obtenerla? ¿Es una idea buena o no merece la pena? ¿Qué ocurre si mi idea se parece demasiado a la empleada en otra obra? Toma asiento y vamos a tratar de poner un poco de orden en este desaguisado.


UNA SENCILLA PREGUNTA

Si hay algo que está a nuestro alcance más que cualquier otra cosa, son las ideas. Estamos rodeados de ellas, en todo momento y a todas horas; leyendo un libro, conversando con alguien, viendo una imagen... Las posibilidades son infinitas. 

Tener ideas es relativamente fácil. Lo importante es tener la capacidad de valorar si esa idea da para desarrollar un argumento y una buena historia. Por desgracia, los creadores solemos estar cargados de prejuicios, y solemos caer en el error de que nuestra idea o nuestro trabajo no es lo suficientemente bueno sin habernos dado la oportunidad de desarrollarlo, lo que propicia que acabe siendo olvidado y descartado. Si ese es tu caso, amigo mío, permíteme uno de tantos consejos que te daré en esta publicación: Como decía el capitán Barbosa, "permítete perderte para poder encontrar", no subestimes tus ideas y tus capacidades; y sobre todo, ten en cuenta que todos los grandes creadores comenzaron desde cero.

 

De Pablo Picasso fue la inmortal frase: "Yo no busco, yo encuentro".
 

La clave para poder establecer la idea para tu obra está en responder a una simple pregunta: ¿De qué trata? Asi de sencillo. Puede parecer una pregunta absurda, pero te garantizo que si no puedes responderla no tendrás idea de lo que quieres crear, y por lo tanto, estará condenado al fracaso.

Esta pregunta debe poder ser respondida en unas pocas frases, y recoger lo esencial acerca de esa idea que pretendes desarrollar. Además, debe ser lo suficientemente atractiva como para que al autor le merezca la pena seguir trabajando en ella -piensa que si a ti como autor no te está interesando eso que estás creando, mucho menos podrás hacer que se interesen los lectores-.

Seguro que todos sois capaces de identificar las siguientes ideas con su obra y personajes ya desarrollados:

- Un niño con cola de mono vuela sobre una nube y busca unas bolas mágicas que pueden conceder cualquier deseo.

- Un bebé acaba de aterrizar en el planeta Tierra procedente de su desaparecido planeta Krypton, donde se acabará convirtiendo en el mayor héroe que la humanidad haya conocido nunca.

- Un científico sufre un accidente radiactivo, lo que hará que se transforme en una enorme y musculosa criatura verde cuando se enfada o se altera.

Nos hacemos una idea, ¿verdad?


EL AZAR DE LAS GRANDES OBRAS

Antes hablaba sobre el hecho de no descartar ninguna idea que se te pueda ocurrir, creer en ellas, y tener confianza en su potencial. Dejaré que Stan diga el resto:




 ¿Queda claro? El azar y los malos consejos estuvieron a punto de hacer que uno de los mayores exponentes de la cultura pop de nuestro tiempo, y uno de los personajes más emblemáticos de la historia del cómic no hubiese existido jamás.

Por desgracia, esto no es un caso aislado. Stephen King arrojó a la basura el manuscrito de su novela Carrie, pensando que era una historia sin potencial y que no gustaría a nadie. Afortunadamente para todos, su mujer recogió las páginas y le obligó a terminar la escritura. Hoy en día Stephen King es uno de los autores más reconocidos de la literatura contemporánea, y Carrie es una de sus historias más emblemáticas.

James O'Barr canalizó la tragedia por la muerte de su novia creando el cómic El Cuervo (The Crow), donde descargó todo su dolor, y acabó creando una preciosa historia gótica de tragedia, muerte, amor, y dolor.

 

El Cuervo (The Crow) de James O'Barr. Un personaje magistral nacido del dolor.
 

J. R. R. Tolkien combatió en la Primera Guerra Mundial, y de todos los horrores que tuvo que presenciar nació la idea para El Hobbit y El Señor de los anillos.

Tim Burton puso toda su inseguridad, introspección y sensibilidad en Edward, personaje protagonista de Eduardo Manostijeras; un extraño y sensible muchacho que no encajaba en el mundo, y que estropeaba todo lo que tocaba.

En definitiva, son obras, historias y personajes inmortales, que nacieron siendo sencillas y simples ideas. ¿Imagináis que alguien le hubiese dicho a Tolkien que nadie se iba a interesar por la ridícula idea de personajes enanos que tienen que destruir un anillo?

Así que recordad, leed mucho, ved películas, empaparos de todo lo que esté a vuestro alcance y os pueda servir de inspiración para crear vuestras obras. Las ideas están ahí. Id a por ellas!!!

PD: Os aconsejo anotar en alguna parte cualquier idea o dato que se os ocurra. Creedme, si no lo hacéis se os acabará olvidando.

Saludos, y a leer cómics!!

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