ENCUENTRO CON MI 'YO' DE 10 AÑOS

 
Esto es un vídeo corto, donde se me ve en mi stand del Sevilla Ficción del año 2019 -el último, por desgracia; cosas pandémicas- dibujando algunos scketches. Me animo a compartirlo, ya que fue una experiencia muy bonita y que me hizo reflexionar.
 
En un momento dado varios chavales rodearon el stand y empezaron a flipar con los dibujos que tenía expuestos. Pasaban las hojas del dossier una tras otra, dando evidentes muestras de una incontrolable fascinación. Empecé a charlar con ellos y acabaron diciéndome que les encantaba dibujar, pero que ni de coña llegaban al nivel de los dibujos que habían visto en mi mesa.  
 
De repente me encontré conmigo mismo teniendo 10 años, ese pequeñajo que se pasaba las horas garabateando papeles en blanco y con la nariz siempre metida en algún cómic; con el propósito imperturbable de llegar a poder dibujar como los maestros que tantísimo admiraba, de las páginas que devoraba día tras día. 
 
Y ahí estaban ellos, mirándome con los ojos como platos. Lo que les dije, sencillamente, es lo que le diría a mi pequeño yo de 10 años. Nadie nace aprendiendo a dibujar como un maestro. La maestría es algo que debes pulir y debes aprender día tras día. Todos, repito, TODOS los dibujantes hemos aprendido copiando desde pequeños lo que hicieron otros antes. Los chicos de mi generación aprendimos a dibujar copiando Gokus. Aprender a desarrollar un estilo propio es algo que puede tardar toda una vida -de hecho, no hay ni un dibujante que haya dibujado igual en toda su trayectoria, ya que el estilo y la seña de cada uno también va mutando con los años. Pero eso es otra historia-.
 
Con lo cual, mi receta para aprender a dibujar sería la siguiente: 
 
1 - Copia absolutamente todo lo que caiga en tus manos. Educa a tu brazo, tu muñeca y tus dedos para que tus trazos sean firmes y seguros. Conviértete en un muy buen copiador. 
 
2 - Después de eso, cuando ya tienes las herramientas y la habilidad necesarias para poder elaborar un dibujo, debes procurar salir de tu zona de confort y crear tus propias ilustraciones. Cuando se conoce la regla, es cuando se está preparado para romperla
 
Para ello es IMPRESCINDIBLE saber que estás dibujando para tí, no para exponer eso al juicio de nadie, líbrate de esa absurda carga cuanto antes. Si lo haces, descubrirás que no solo el dibujo fluye, sino que te diviertes mientras va tomando la forma que tú -y solo tú- quieres que eso tenga. Y si haces una ilustración con tus propias normas y reglas, disfrutando y gozando del placer de la creación, con toda probabilidad, es seguro que te acabe gustando el resultado final.
 
3 - Ahora viene la gasolina que hace que todo lo anterior no deje de funcionar. Leed cómics, mirad dibujos de otros artistas sin parar, empapaos de todas las referencias visuales que estén a vuestro alcance. Al final, acabarán siendo herramientas que podrás utilizar a tu antojo para definir tus creaciones. 
 
Usar lo que ya está creado para crear algo totalmente diferente. Lleva siendo así desde que el arte es arte. Esto, ni más ni menos, es la CREATIVIDAD.
 
 
Los chavales asintieron, diciendo que no dejarían de dibujar nunca, y que esperaban llegar a ese nivel. Ese era su sueño. Ante eso no pude hacer otra cosa que obsequiarles con un par de sketches (bocetos rápidos sobre un pequeño papel) dibujados sobre la marcha de sus personajes favoritos. Es lo que se ve en el vídeo.

Y finalmente se fueron, cada uno con su print envuelto, su sketch firmado y dedicado, y deseosos de llegar a casa y empezar a garabatear. Y yo los miraba alejarse mientras pensaba que, quien sabe, quizás más adelante algún futuro premio Eisner (los premios Óscar del cómic) o un prestigioso ilustrador español, hablando de sus influencias, pueda llegar a lucir un viejo boceto garabateado de Batman o Goku, con la firma de quien escribe estas líneas en una de sus esquinas.

Saludos, y leed cómics. 
 

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